30 mayo, 2011
Por ISRAEL SÁNHCEZ MONTIEL
Acompáñeme estimado lector a un viaje cósmico: El consejo de astronomía se reúne para discutir y proponer como llegar a la luna… así comienza una de las películas icónicas de la historia del cine: El viaje a la luna dirigida en 1902, por el genio francés George Melies.
En una gran y larga conferencia de astrónomos, el presidente de la reunión (interpretado por Georges Méliès) propone hacer un viaje a la luna. Después de tratar un cierto silencio (lanzando el papel en una persona que interrumpe), seis valientes astrónomos diseñan un plan, después de haber diseñado una cápsula espacial, son lanzados al espacio por un cañón gigante. La cápsula es expulsada hacia la bonita cara de la luna, dañándole el ojo derecho.
Los astrónomos salen de la cápsula y ven que la nave ha colisionado. Aterrizando con seguridad en la luna, los exploradores salen de la cápsula y miran la gran distancia entre la tierra y el territorio en el que se hallan, exhaustos por el largo viaje, éstos desenrollan sus frazadas y duermen.
Mientras duermen un cometa pasa y la Osa Mayor aparece, cada estrella posee una cara humana, el viejo Saturno se inclina fuera de una ventana en su planeta anillado y Febe, diosa de la luna, aparece sentada en una oscilación de una luna-creciente. Febe provoca una gran tormenta de nieve, que obliga a los astrónomos a buscar refugio y calor. Los protagonistas encuentran una cueva donde se pueden cobijar.
En esta cueva encuentran unas setas de gran tamaño. Uno de los terrícolas abre su paraguas; toma la raíz de una de ellas y se transforma en una seta gigante.
De pronto, un selenita (habitante de la Luna) aparece, los exploradores matan sin intención a uno y el pueblo selenita desea vengarse por la muerte de su habitante. Segundos después aparecen un gran número de selenitas con armas atacando a los astrónomos. Más habitantes del satélite aparecen obligándolos a que éstos se rindan. La tribu de selenitas les presenta a su líder y el jefe de la tripulación mata a éste.
De este modo, logran escapar de vuelta a la cápsula, mientras son perseguidos por los selenitas. Cinco de los astrónomos entran en la cápsula y el último utiliza una cuerda para inclinar la cápsula sobre la Tierra. Los selenitas intentan agarrar la cápsula a última hora y la empujan. La nave cae hacia un océano de la Tierra y la cápsula flota de nuevo a la superficie, donde son rescatados por una nave y remolcados en tierra. http://www.youtube.com/watch?v=dxB2x9QzXb0
Con escenarios sacados de la más íntima fantasía, el viaje a la luna, es el parteaguas de la ciencia ficción en el cine. Melies, el exitoso mago de Montreuil y dueño del teatro Robert Houdini en París, asistió a la primera proyección de los Lumiere y al concluir esta decidió comprar directamente de Antoine Lumiere uno de estos cinematógrafos en 10 mil francos a lo que el hermano Lumiere respondió:
“Amigo de gracias que este aparato no está en venta pues le llevaría a la ruina, no tiene ningún porvenir comercial”. Palabras que en la actualidad podríamos poner en tela de juicio. Melies, adquiere de Robert William Paul un Bioscopio y es así como comenzó la leyenda de uno de los más inventivos realizadores de la historia del cine.
El viaje a la luna es el ejemplo claro de la creatividad e ingenio de Melies, generando ambientes surreales y cargada de efectos experimentales, trucajes que le mismo Mago descubriría a lo largo de su filmografía, comenzada con “El escamoteo de una dama” “la cueva maldita” “el hombre de la cabeza de goma” y muchas otras, se ven maravillosamente plasmados en esta cinta.
Lo efectos especiales magistralmente diseñados y sobre todo aplicados en una trama mágica donde los vestuarios y las formas, que se conocerá con el tiempo como diseño de arte, enmarcan y complementan de manera perfecta la fantasía fílmica del buen George.
Es el primer paso que el cine da para recrear la fantasía, con los aspectos más ínfimos debidamente cuidados la imaginación del Mago Melies se desborda literalmente a los confines de la luna, creando seres increíbles e imágenes icónicas de la cultura popular, como olvidar el cohete espacial impactado en la cara de la luna que ha servido como referente para muchos artistas incluso de otras índoles.
Esta creación de Melies el fruto del encuentro de dos técnicas distintas: la del fotógrafo y la del hombre de teatro e ilusionista. La originalidad del Mago Melies estriba precisamente en esta simbiosis entre los recursos típicamente teatrales (maquillajes, mímica, decorados, complicada tramoya y división en actos y escenas) y los medios y trucajes de naturaleza fotográfica
El viaje a la luna fue recibida extraordinariamente por el público y sigue siendo reverenciada hasta la fecha convirtiéndose en una de las películas más pirateadas de la historia, una fanta-ciencia cómica con la cual Melies entra al torbellino de la “gran producción”, pero que paradójicamente no tuvo el mismo éxito monetario para su realizador y lo llevo a crisis de dinero muy serias.
Este vertiginoso “viaje” que hemos dado por un momento especial de la historia del cine, es la muestra clara de lo extremoso que el séptimo arte puede llegar a ser, de lo sublime que fue la trayectoria fílmica de Melies a su escasez de recursos.
De las alturas a casi tocar el suelo, pero cierto es que la inmortalidad no tiene precio y este increíble personaje lleno de fantasía en la mente es la prueba irrefutable de ello.
Finalmente, este Viaje a la Luna tan memorable ha llevado al Mago Melies en el trayecto eterno de la memoria colectiva, siendo reconocido como el iniciador de la ciencia ficción en el cine pero sobre todo como un visionario comprometido con su pasión hasta los últimos límites.
Me despido de usted querido lector dejando el usual correo electrónico para comentarios y sugerencias: azulicaro@gmail.com Corte y Queda!