LOS DESAPARECIDOS: AUMENTAN LOS CASOS…

18 abril, 2011

*A la CEDH le preocupa el fenómeno

* Los gobiernos diseñan acciones para investigar la comisión del delito

* En lo que va del año tres supuestos casos de secuestro

Por JAVIER CONDE

Segunda y última parte

Cuando se trata de privación ilegal de la libertad, las primeras 48 horas son vitales para que los familiares de la víctima reciban una llamada telefónica de alguien pidiendo un rescate a cambio de la liberación del plagiado y cuando esto no sucede el peligro y la agonía será más latente.

Derivado de esta advertencia la autoridad actuará, ya que para ella será determinante saber si el desaparecido efectivamente fue plagiado o bien cayó en una red de tratantes de personas o lenones, que tenga algún padecimiento mental o en su caso que haya abandonado su hogar para irse con su pareja.

La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) señala que desgraciadamente el número de casos sobre presuntas desapariciones de personas va en aumento en Tlaxcala. Tan sólo en 2010, se registraron tres y en lo que va del año, otro igual de casos.

 En este sentido, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) cita que en el año anterior registró nueve casos de privación ilegal de la libertad, mientras que de enero a la fecha de este año se han registrado tres.

Incluso, un estudio que elaboraron los gobiernos federal y estatal en el año de 2009, señala que la desaparición de personas está asociadas en su mayoría con la explotación sexual comercial y la privación ilegal.

El burocratismo informativo…

Este semanario solicitó hace más de 20 días a la PGJE, datos sobre cuántas averiguaciones previas se habían levantado entre 2010 y 2011, por casos de lenocinio, trata de blancas o bien desapariciones de personas por enfermedad mental o bien de aquellos que habían decidido irse con su pareja sentimental.

Sólo un primitivo reporte la procuraduría -a través de su área de prensa- dio a conocer que entre septiembre y noviembre del año pasado se registraron  nueve privaciones de la libertad de personas cuyas edades fluctúan entre los 14 y 42 años de edad.  

Con respecto a las personas privadas de su libertad en ese año, un caso se dio en enero pasado y los otros dos en el mes de febrero. En los últimos 60 días no se ha registrado, supuestamente, denuncia por este delito.

Sin embargo, se desconoce cuántas personas lograron regresar con sus familias y cuántos presuntos delincuentes fueron consignados ante la autoridad correspondiente. Los artículos 245 y 246 del Código Penal para el Estado de Tlaxcala establecen 68 años como pena máxima a quienes priven de la libertad a una persona.

Esto resumió la PGJE: “en Tlaxcala no existe el delito de secuestro, es privación ilegal de la libertad, en la mayoría de los casos son personas que tuvieron algún problema familiar y presentan la denuncia porque no les permiten salir de su casa, otro casos son porque la jovencita se fue con su novio”.

“O bien los padres se pelean la patria potestad de los hijos y deciden llevárselos y la parte afectada denuncia la privación ilegal de la libertad de los menores”, aquí termina la vaga información.

En aumento las desapariciones

El número de personas desaparecidas en Tlaxcala ha ido en aumento en los dos últimos años y desgraciadamente, los motivos principales van desde la privación de la libertad, el tráfico de personas, homicidios o bien que la novia se haya ido con el novio, afirma la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

La presidenta de este organismo, Luz María Vázquez Ávila señala que a través del programa de Presuntos Desaparecidos que ejecuta esta institución se ha detectado dicho fenómeno que para mala fortuna de los habitantes del estado podría aumentar de 2010 a 2011.

Indica que por esta razón se tiene un estrecho contacto con diversas autoridades y organismos de derechos humanos de todo el país, a efecto de mantener lazos de colaboración para localizar a personas que han desaparecido en cualquier estado de la nación mexicana.

Precisa que ninguna familia está preparada para soportar la desaparición de un familiar, pero ante tales circunstancias “debemos usar los mecanismos que estén a nuestro alcance para denunciar la desaparición de un ser querido como llamar  a la policía, acudir a un ministerio o bien a la CEDH”.

Dice que cuando algún caso llega a la comisión se le da el seguimiento necesario a fin de apoyar a los familiares y desde luego a la víctima. Indicó que tan sólo en el año anterior la CEDH tuvo el reporte de tres personas extraviadas, entre ellas, dos mujeres de 13 y 20 años, respectivamente.

Vázquez Ávila, precisa que la primera fue encontrada muerta en el municipio de Nopalucan. Recuerda que incluso habitantes de ese lugar pidieron la colaboración de este organismo, debido a que había “tortuguismo” de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) en dicho caso.

Al recibir dicha petición de los vecinos, personal de la CEDH se apersonó en la procuraduría y al día siguiente se encontró muerta a la menor de edad. No obstante dice que tan sólo en este año se lleva el reporte de personas desaparecidas, por lo que se corre el riesgo de que incremente esta causa.

Principalmente mujeres

La ombudsman tlaxcalteca puntualiza que la edad promedio de las personas sobre todo mujeres que desaparecen fluctúan entre los 13, 20, 25 y 30 años de edad, principalmente, de clase económicamente media-baja.

Cita que de las tres mujeres que ya no regresaron a sus hogares en 2011 son originarias de Acuamanala, Tlaxcala y Tetla de la Solidaridad, respectivamente. Comenta que en la mayoría de los casos se presupone que se tienen vínculos con la trata de personas o lenocinio.

Estudio institucional

En el año 2099, a propuesta del Instituto Estatal de la Mujer de Tlaxcala (IEM) y con el apoyo del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), se realizó un presente estudio, para conocer la violencia que se ejerce contra las mujeres tlaxcaltecas.

O bien -dice el documento que obra en poder de este medio de comunicación- en contra de aquellas personas que, por diversas circunstancias, se encuentran en el estado y que toma la forma de trata de personas.

Falta cultura de la denuncia

Explica que también hay la falta de una cultura de la denuncia, ya que existe “una amplia desconfianza hacia las instituciones encargadas de atender a las víctimas”.

Sobre este último, cita el documento, se percibe diversidad de criterios de los agentes del Ministerio Público para la integración de las averiguaciones previas y persecución del delito, aunado a la relación de parentesco que se tiene con los agresores.

Otra de las causas identificadas, es la protección que reciben los “proxenetas” y sus familiares, del poder político y grupos de las localidades en donde esta práctica se hace frecuente, “amén del marco legal deficiente para tipificar, sancionar y perseguir este tipo de delitos”.

El documento aporta cuatro situaciones características asociadas con la explotación sexual comercial infantil: el secuestro y el abuso como fenómeno previo; el ejercicio voluntario de la prostitución, bajo el consentimiento de la familia y, finalmente, problemas de pobreza.

En cuanto al tráfico de menores, reportaron una estrecha vinculación con el secuestro de jovencitas; para la autoridad resulta complicado definir si una mujer está amenazada por los lenones porque en muchas ocasiones las obligan a casarse con ellos.

Sólo una fue consignada

La Procuraduría General de Justicia del Estado de Tlaxcala (PGJE) señala que durante los años 2006, 2007 y 2008, se recibieron 57 denuncias por hechos posibles constitutivos de delito de lenocinio y de trata de personas; de las cuales 17 son actas circunstanciadas y 40 averiguaciones previas.

Para esos mismos años el Tribunal Superior de Justicia del Estado, sólo reconoció una averiguación consignada, refiere el citado diagnóstico institucional.

El presente estudio tuvo como objeto –dice el IEM e Inmujeres- conocer la declaración de la víctima e identificar a través de ella, el modus operandi de los presuntos responsables, los lugares donde habitualmente son explotadas y la respuesta institucional a sus demandas.

Cabe destacar que si bien en ambos tipos penales se utiliza el término explotar, en el caso de lenocinio hace clara referencia al cuerpo de una persona y la obtención de un lucro.

Mientras que en el tipo penal de trata de personas, contempla el sometimiento a la explotación de una persona y dicha explotación es de naturaleza distinta.

De los datos obtenidos a través de la revisión de las denuncias de víctimas y otros denunciantes, puede desprenderse el hecho de que en la mayoría de los casos los agentes del Ministerio Público omiten considerar hechos que pueden constituir un posible delito de trata de personas.

Y es que no hacen diferenciación en el sometimiento y la explotación por parte del agresor a la víctima, hecho que tiene consecuencias en la clasificación del delito, tal parece que considerar lenocinio, en la mayor parte de los casos, les resulta más sencillo, dice el estudio oficial.

“Alerta de género”: oídos sordos

Cita que dada la extrema gravedad que se vive en el estado, con respecto a la explotación sexual de mujeres, sancionada como trata de personas o lenocinio, así como la necesidad de atender a quienes son víctimas de estas conductas, es recomendable que pueda declararse la Alerta de Género.

Lo anterior, explica en varios municipios señalados por las víctimas, los servidores públicos y la ciudadanía, como los lugares donde se llevan a cabo dichos actos ilícitos. Sin embargo, dicha propuesta sólo quedó en eso en propuesta por parte de la pasada administración estatal.

Consideran ambas instituciones que la procuraduría debe establecer medidas de control para el personal (ministerial y policial) en la recepción, integración, investigación y consignación de las averiguaciones previas en materia de lenocinio y trata de personas que permitan la confidencialidad de la misma.

Sin embargo, Inmujeres y el IEM señalan en este informe que hay una red de supuesta complicidad entre policías ministeriales quienes informan a los lenones o tratantes de blancas cuando hay una orden de aprehensión o de investigación en su contra y huyen por un tiempo del estado.

Lo cierto, es que algunos de los desaparecidos han corrido con la fortuna de regresar vivos a su hogar, una vez que se entregó un rescate o bien la autoridad logró recuperarlas, sin embargo, en otros de los casos las víctimas fueron muertas por sus captores que no tuvieron escrúpulos para cegarles su existencia.

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